Taylor Wellington no tenía romances, ya había aprendido que ocasionaban demasiado dolor. Pero sí tenía aventuras fugaces y ardientes. Que era exactamente lo que pensaba compartir con el sexy Thomas "Mac" Mackenzie. El problema era que, una vez seducido, ella no pudo dejar de jugar con fuego.Al principio Mac estaba totalmente de acuerdo en que aquello sería rápido y sin compromisos, pero por algún motivo ahora no quería que su historia acabara. De hecho, cada vez quería más. Parecía que iba a tener que poner en práctica todas sus dotes de seductor para conseguir que ella no deseara dejarlo marchar...