La escena de la mujer que unge a Jesús con perfume aparece en los cuatro evangelios, narrada con diversos matices. Margarita Saldaña se detiene en la versión del evangelio de Marcos, que pone de relieve el sentido del placer y la belleza, la densidad de la profecía que se trasluce en este gesto, que anticipa el embalsamamiento del cuerpo de Jesús; su capacidad de denuncia y de anuncio, y su profunda vinculación con la Última Cena y con la eucaristía.