Federico García Lorca viajó a Nueva York en el año 1929 queriéndose alejar de un desengaño amoroso que le había herido el alma. En la ciudad de los rascacielos vivió el crac financiero más demoledor que sufrieron los Estados Unidos en el siglo XX. Una situación que forzó a la ciudad a mostrar su cara más cruel, con suicidios constantes y unas situaciones de pobreza y caos nunca vistas anteriormente.
En
Poeta en Nueva York, Lorca recoge todo este dolor y, contrastándolo con el suyo propio, lo imprime en unos versos que se convirtieron en una de las más resplandecientes obras maestras de la poesía de todos los tiempos.