Sarah deseaba algo más de la vida… y él iba a ayudarla a conseguirlo
Una noche, Max Monroe vio a una mujer caminando por su jardín… ¡completamente dormida! Era consciente de que, aunque rico, no se parecía en nada al príncipe azul, pero aun así se preguntó qué pasaría si intentaba despertar a aquella bella durmiente con un beso.
La tímida Sarah Jennings soñaba con ser el tipo de mujer capaz de atraer a un hombre cosmopolita y sofisticado como Max. Pero entonces descubrió que a él no le asustaba su inocencia; de hecho, parecía que aquel duro solitario estaba deseando enseñarle a vivir la vida como ella quisiera…