Leopoldo Alas «Clarín», al alcanzar su madurez como intelectual y como artista, proyectó su ética y su estética, su voluntad creadora, por el camino de las novelas cortas y de los cuentos largos. De hecho, le molestaba que el castellano no tuviera una palabra para designar este género como el inglés o el francés. Así, "Superchería" no es tan solo un relato ejemplar de sus hondas querencias intelectuales y artísticas; es también una "conquista razonable" de su estatuto de escritor en el fin de siglo.
Publicada en 1892, "Superchería" es una de las mejores novelas cortas de «Clarín». En ésta un encuentro ocasional y olvidado harán creer al protagonista en los poderes de una adivinadora.