Matanzas y Yumurí (1837) relata las costumbres y las supersticiones de los indios en torno a Ornofay, el héroe indígena, y a su amada Guarina.
En esta obra, Ramón de Palma, inicia el siboneísmo en la narrativa cubana, una escuela literaria que utilizaron como símbolos e imágenes literarias al indio y su contexto para expresar la situación de las clases más humildes en la isla y la falta de libertad.
Esta novela ambientada en Matanzas, ciudad portuaria, que en aquella época había alcanzado cierta importancia por el comercio que establecía con otros países, especialmente los Estados Unidos, es el primer relato de narrativa indigenista en América.