Cervantes centró sus primeros afanes literarios en la poesía y el teatro, géneros que nunca abandonaría. Su obra poética abarca sonetos, canciones, églogas, romances, letrillas y otros poemas menores dispersos o incluidos en sus comedias y en sus novelas. También escribió dos poemas mayores: Canto de Calíope (incluido en La Galatea) y Viaje del Parnaso (1614). La valoración de su poesía se ha visto perjudicada por ir incluida dentro de casi todas sus novelas, por la celebridad alcanzada como novelista en prosa e incluso por su propia confesión en este famoso terceto que figura en Viaje del Parnaso:
Yo, que siempre trabajo y me desvelo
por parecer que tengo de poeta
la gracia que no quiso darme el cielo.
Aunque en otras ocasiones se enorgullece de sus versos, en su tiempo no logró ser reconocido como poeta.