Natalia descubre gracias a una búsqueda en Google que su padre, que la abandonó cuando ella era un bebé, falleció hace cuatro años, y decide viajar a Irapuato, la ciudad natal de su progenitor, en búsqueda de información sobre él a pesar de las reticencias de su novio y de su madre, quienes piensan que ese viaje no tiene ni pies ni cabeza. En está búsqueda le acompañará su novio y, sobre todo, la relación de Natalia con las arañas, las cuales han estado presentes en su vida desde que era una niña y a las que se dedica profesionalmente en la actualidad.
"Otro modo de celebración del hilado colectivo que es la vida".–El Periódico de España