Para Kent Wright, Becca Lewis era perfecta tal como era. Quizás fuera un poco aburrida, pero era una excelente amiga. Pero Becca decidió que tenía que cambiar de imagen, y ahora parecía una de esas sirenas de los catálogos de ropa interior femenina...
Fue entonces cuando Kent comenzó a pensar en algo que nada tenía que ver ni con la amistad ni con el compañerismo...