Vivimos en un contexto de cambio rápido y constante. Mientras tanto, el aula sigue anclada en el pasado y el lugar donde se producen los mayores cambios educativos no es la escuela. Esta es una de las causas del fracaso y el abandono escolar. Los alumnos quieren aprender de otra manera, participar activamente en su propio proceso de aprendizaje y conectarlo de forma clara con la realidad. Necesitan pedagogías innovadoras que les hagan ver que el tiempo que pasan en su educación formal tiene valor. Para ello, tanto el currículo como los docentes no deben centrarse en la mera transmisión de conocimientos, sino en dotar a los alumnos de habilidades que les permitan llegar a ser quienes quieren, transformar su entorno y aprender a aprender durante toda la vida.