Suelta todo tus problemas a los cuatro vientos y ya no te preocupes por nada que te perturbe. Relaja y desarruga la frente, afloja las tensiones de toda la cara, los hombros, los brazos y las piernas. Relaja todo tu cuerpo. Quédate unos minutos en Paz con tu propio Ser. Olvídate de todas las molestias: el ruido de las motocicletas, los autos, el tránsito de las calles, el calor, los reclamos que te hace la gente por todo, la voluntariedad de algunas personas, la agresividad con que eres tratado, el desdén humano, el dominio que otros ejercen sobre ti, los gritos que te lanzan, el mal gusto, la falsedad y la vanidad del medioambiente. OLVÍDATE DE TODO LO QUE TE PUEDA PERTURBAR, ya que cuando ponemos nuestra atención en cualquier cosa desagradable, nos convertimos en eso que nos desagrada y perdemos nuestra Paz interna, pues nos perturbamos física, emocional y mentalmente.