Estás a punto de iniciar lo que puede ser el viaje más importante de tu vida. Una aventura de la mente y el espíritu, que enseñará muchas cosas inestimables llenas de asombro, de sencillez, valor y sabiduría. No habrá trenes, barcos ni aviones de verdad, pero esta excursión para descubrir las riquezas de la vida será más vívida y real que cualquier otro viaje que haya hecho jamás y nunca la olvidará.
Un cuestionario enviado a 1.134 hombres y mujeres planteaba la sencilla pregunta: "¿El éxito es un destino o un viaje?"; 926 respondieron que era un destino.
Ahí está, en un solo ejemplo dramático, la razón por la que tan pocos hombres y mujeres tienen el valor de intentar el ascenso hacia el éxito. Considerar el éxito como un destino da la sensación de que para alcanzarlo hay que ascender por caminos tortuosos y que el viaje será largo y penoso. Esto, por supuesto, no es cierto. El éxito no es un destino. Es un viaje.