Es posible que tengas algún sueño que no se te ha realizado, un deseo que nunca se te ha cumplido, la necesidad de algo muy importante o, tal vez, una aspiración muy grande en el corazón. Es posible que también estés deseando precipitar la salud de algún órgano, o perfección y belleza para tu cuerpo. Si eso que anhelas o necesitas es bueno, constructivo, beneficioso para ti, para toda la humanidad, y no le hace daño a nadie, existe la posibilidad de que logres Precipitarlo y manifestarlo en tu mundo. Pero, para eso, es preciso cumplir con una técnica: los “Siete Pasos de la Precipitación”. Eso que sueñas tener algún día, no solamente pueden ser cosas materiales, como un trabajo, una mejora salarial, un automóvil, un apartamento o una pareja; también es posible que sean cosas más sutiles, como el desenvolvimiento de una virtud espiritual, el desarrollo de una cualidad, la formación de un grupo de estudios de crecimiento espiritual, liberarte de un defecto o algo por el estilo. Eso también se puede precipitar. Precipitar es traer a la manifestación algo desde la “Sustancia Cósmica Universal de Dios”. Esto solo se hace cumpliendo con los Siete Pasos; pero cuando estés práctico, lo podrás hacer tan fácilmente como estirando la mano y que aparezca lo solicitado sin ningún esfuerzo.