A menudo los expertos en la obra de Lorca no dudan en señalar
Teoría y juego del duende como una especie de credo artístico del gran poeta andaluz.
Federico sitúa al duende en el ámbito de lo mistérico, de lo telúrico. El duende como una especie de misteriosa energía que viene de fuera y que posee al artista en un momento dado, ofreciéndole la posibilidad de conectarse con lo esencial, con lo milenario, y generar una emoción que rechaza cualquier forma de artificio hasta llegar incluso a trascender lo humano. El texto, como todas sus conferencias, está dotado de una fuerza poética y una lucidez inconfundiblemente lorquianas.
Lorca relata anécdotas vividas en el mundo del cante y del baile flamencos, donde cita al duende como única explicación de momentos verdaderamente asombrosos.