Bruselas es acogedora, secreta, pero no bien conocida a pesar de ser muy frecuentada. Ofrece de todo, para la razón y para la pasión. Quiere Rui Vaz de Cunha contribuir a hacer que los lectores aprecien mejor esta ciudad, por otro lado, llena de huellas hispanas, tanto históricas como actuales.
EL AUTOR
Rui Vaz de Cunha, un gran impostor ya versado en viajes (Lisboa, 2008), describe la ciudad brabanzona, sus personajes, su curiosa historia. A través de episodios, personajes y lugares, con un poco de humor, se revela su especial idiosincrasia, propia de haber sido capital borgoñona, española y hoy belga y europea. Esto se debe también a que es, a la vez, levantisca y acogedora; a menudo, lluviosa y gris y, sin embargo, dispuesta siempre a celebrar la vida, entretener al viajero y, sobre todo, aguantar tanta burocracia.
Ignacio Vázquez Moliní es un funcionario europeo destinado en Lisboa, y Jaime-Axel Ruiz Baudrihaye es madrileño y bruselense. Con el tan poco creíble seudónimo de Rui Vaz de Cunha han decidido, de una vez por todas, alzar su voz a favor de la que consideran mal amada y malquerida Bruselas, esa ciudad a la que han cargado con algunos sambenitos inmerecidos.