Entre los brazos de aquel desconocido se sentía como en casa.
Catherine Thorne no comprendía por qué se sentía tan bien con un completo desconocido como Gray McInnes. Con él había vuelto a sentirse atractiva y dispuesta a dar rienda suelta a unos deseos que llevaba demasiado tiempo reprimiendo.
Gray tenía el corazón de otro hombre en el pecho y la cara de una desconocida en la mente. Estaba seguro de que, si hubiera conocido a una mujer como Catherine, no habría podido olvidarla, y sin embargo parecía conocerla mejor que nadie. ¿Habría recibido algo más que el corazón de su donante? ¿Acaso tenía también sus recuerdos?