En 'Justine, o los infortunios de la virtud', el Marqués de Sade explora los límites de la moralidad a través de las desventuras de la joven Justine en un mundo plagado de corrupción y violencia. La obra se caracteriza por su prosa detallada y explícita, que desafía las convenciones literarias de la época. La novela, escrita en forma epistolar, se sitúa dentro del movimiento literario del siglo XVIII conocido como el libertinaje, que cuestionaba las normas sociales y religiosas de la época. La historia de Justine sirve como una crítica feroz a la hipocresía moral y la injusticia social de la sociedad de su tiempo.