Azar. Un cruce de caminos sirve a múltiples lecturas. De entrada, imbricar a cuatro autores diferentes en la creación de un libro colectivo implica un intento de conjunción de cuatro recorridos vitales, la coexistencia de realidades diferentes.
En La representación de un incendio, los poetas son conscientes del papel simbólico que juega la literatura, Más allá de lo que los autores pudieron decir, es la obra la que por sí misma se encuentra facultada para decir, dar un chispazo e incendiarse, pero requiere de un lector que participe, que se dé cuenta: un testigo de las llamas.
Este libro es el espacio más duradero en el que los autores coinciden. El fuego puede aparecer en cualquier parte y ser interpretado como herramienta, pero ni el fuego, ni la literatura, son inocentes. Queda una huella que puede ser física, trascendental o efímera, pero siempre real.