Clara nació en el seno de una familia modesta en Madrid. Su madre era costurera y su padre contable. Con tan solo diez años, al morir el padre, tuvo que dejar sus estudios y ponerse a trabajar. Con 35 años se licenció en Derecho convirtiéndose en la segunda mujer abogada en España. Fue una acérrima defensora de la igualdad entre hombres y mujeres y dedicó su vida a luchar por el derecho de las mujeres al voto. Gracias a su gran labor política, en 1933 se celebraron las primeras elecciones en las que las mujeres pudieron votar. Pero en 1936 estalló la Guerra Civil y tuvo que exiliarse. Siempre será recordada por su valentía y determinación en la lucha por los derechos de las mujeres.