"El hombre de arena", uno de los mejores cuentos de terror de E. T. A. Hoffmann, nos introduce en la vida de Nataniel, obsesionado con la oscura e inquietante leyenda del Hombre de arena, especie de hombre de la bolsa que se arrastra lentamente por los rincones de la casa. Esta criatura, que emerge de la noche para castigar a los niños que no van a la cama cuando es debido, anuncia su llegada haciendo sonar la bolsa que lleva en la cintura, donde guarda celosamente su blasfema colección de ojos sin párpados.
Nataniel ha sufrido en la infancia un episodio traumático con el Hombre de arena —en realidad, con un sujeto deforme llamado Coppelius— cuya aparición está asociada con la muerte de su padre. Este vínculo está tan arraigado núcleo de su psique que termina definiendo las atroces perversiones de su vida adulta.
Comprometido con una mujer adorable, llamada Clara, Nataniel manifiesta su obsesión por lo mecánico, lo antinatural, al enamorarse de una autómata, Olimpia, construida por el científico Spalanzani. Desde luego, Nataniel cree que la autómata es real, y el descubrimiento de su verdadera naturaleza finalmente destruye en él las últimas defensas psicológicas que lo separan de la total e irreversible alienación.
Publicado en 1817, "El hombre de arena" se ha convertido en el relato más célebre de E. T. A. Hoffmann. Se trata también del relato más representativo del máximo autor del género del romanticismo negro (Schwarze Romantik, conocido también como literatura de terror gótico) durante el siglo XIX.