Cada pocos años, la clase política y sus expertos en "ciencias de la educación" acometen una nueva reforma de la Escuela. Sin embargo, el fracaso escolar sigue agravándose: la infantilización gana terreno a la inteligencia crítica; el individualismo y la negación del otro se apodera de las relaciones humanas; el dominio de la inmediatez corroe toda disciplina del tiempo o la atención. A simple vista, parece un gran misterio. Pero, ¿y si ese fracaso fuese el objetivo oculto de todas las reformas? Esa es la inquietante hipótesis que desarrolla Jean-Claude Michéa en este libelo: sólo la escuela de la ignorancia, que pretende plegar la vida y la inteligencia de las personas a las prácticas dominantes del consumo y el entretenimiento, está a la altura de un mundo donde la mayor parte de la humanidad se ha vuelto perfectamente desechable.