Este drama histórico, escrito alrededor de 1600, chocó con la censura estatal. En su interior se representa una comedia donde los aspectos históricos, críticos y filológicos son intrigantemente novelescos. La candente cuestión sobre la autoría de William Shakespeare la responde perspicazmente Joseph Pearce en el prólogo. No obstante, basta comenzar a leer la obra para que todos esos misterios pasen a un segundo plano, debido a la potencia literaria y el interés que despiertan la vida y la muerte de Tomás Moro, magistralmente recreadas en estas páginas.