Carly Carrothers sabía que no debía enamorarse de Mackenzie James. Era un hombre divorciado que ya tenía su propia familia, y si su relación no funcionaba, acabaría no sólo perdiéndolo a él, sino también a su hija y a sus mascotas.
Mack estaba harto de ser considerado tan sólo un buen padre. Había encontrado a una mujer que le hacía sentirse de nuevo como un adolescente enamorado y no estaba dispuesto a dejarla marchar…