Considerada una de las piezas clave en la novela negra mexicana.
Filiberto García, típico matón y antiguo verdugo de un general villista, tiene que terciar con el FBI y la KGB para desmantelar una intriga contra la paz mundial que se anida en las calles de Dolores de la Ciudad de México, el acriollado y mediocre barrio chino de la capital del país.
Entre las tiendas de curiosidades y los restaurantes de comida cantonesa, detrás de los fumaderos de opio y los cafés de chinos, Filiberto García va descubriendo que la conspiración –aparentemente iniciada en Mongolia– tiene más relación con los vaivenes y amarguras de la política nacional que con las mafias orientales.
Sin embargo, en su tortuoso camino deja atrás una docena de cadáveres y un amor trágico que, finalmente, acabarán revelando al vulgar asesino el verdadero significado de su vida.