Las reflexiones de este pequeño libro tratan de acercar dos figuras que se revelan extraordinarias: Francisco de Asís y Francisco de Roma. El nombre de Francisco que el papa ha querido darse con-tiene un mensaje claro: de ahora en adelante estamos ante un modo nuevo de ejercer el papado, despojado de títulos y símbolos de poder, y con énfasis en una Iglesia inspirada en la vida y en el ejemplo de san Francisco de Asís, es decir, en la pobreza, en la sencillez, en la humildad, en la con-fraternización con todos.