Rachel Shaw llevaba dos años enamorada de Nathan Wade, pero, a pesar de sus protestas, sabía que él estaba convencido de que ella era el tipo de mujer que siempre había despreciado: fría y calculadora.
Rachel había tomado la firme decisión de hacer que Nathan cambiara de parecer sobre ella, y se le presentó la oportunidad perfecta cuando su abuelo, socio de Nathan en los negocios, les suplicó que orquestaran un engaño muy atrevido… y eso significaba pasar un fin de semana juntos compartiendo un dormitorio…