Cuando el padre de la narradora muere, lejos está de imaginar que tan solo un año después tendría que enfrentar también la pérdida de su madre. A partir de este golpe tan doloroso como real, los recuerdos y las emociones irán tejiendo un texto donde la fuerza de la sinceridad da paso a una prosa íntima y poderosa, que indaga sobre la orfandad y la necesidad de reconstruir el origen: quiénes fueron los padres, los distintos exilios por los que pasaron para encontrarse en la Ciudad de México, las penurias que marcaron sus infancias, las vacaciones familiares, la separación y el rencuentro final.
Mónica Lavín nos ofrece su obra más personal y emotiva, reafirmándose como una de las escritoras más talentosas de su generación. Frente a la pena de la ausencia, en
Últimos días de mis padres queda el recuerdo de lo vivido, el aprendizaje de un camino recorrido y, por último, la literatura como una forma de celebrar la vida.