Por haberlo atraído hasta su barco y después permitir que su gente lo encerrara. Sí, el destino de la bella Beth Livingston estaba unido al de Saegar, príncipe de Pacífica, porque este estaba empeñado en convertirla en su esposa y colmarla de pasión y felicidad para siempre...
¿Qué era lo que había descubierto la tripulación de su padre? Daba igual quién, o qué, era esa hermosa criatura de rasgos marcados y fuertes músculos, lo cierto era que toda su ira se dirigía hacia ella y, si no convencía a su padre para que lo dejara en libertad, acabaría sufriendo la cólera... y el deseo de aquel ser.