Al principio, Dios puso al hombre en un jardín lleno de árboles frutales y alimentos sustanciosos. Al final, llamará a mi puerta, entrará en mi casa y cenará conmigo, dice el Apocalipsis. En ese lapso, Jesús vino a mostrar un camino, y para ello acude a constantes ejemplos sobre el alimento.
Más aún: Él mismo se hace alimento. Es precisamente la comida el camino que Dios emplea para acercarse al hombre. El autor, mediante escenas del Evangelio, trata la hospitalidad, el hogar, la indigencia, el abandono, la misericordia y tantos detalles pequeños que pueden cuidarse con los demás, siguiendo siempre el ejemplo de santa María.