Así que la clave de la vida es construir los equivalentes mentales de lo que quieres y eliminar los equivalentes de lo que no quieres. ¿Cómo lo haces? Construyes los equivalentes mentales al pensar de manera silenciosa, constante y persistente el tipo de cosas que deseas, y al pensar que tienes dos cualidades: claridad e interés. Si deseas incorporar algo a tu vida: si deseas aportar salud, actividad correcta, tu verdadero lugar, inspiración; si deseas lograr una buena compañía y, sobre todo, si quieres comprender a Dios, forma un equivalente mental de lo que quieres pensando mucho al respecto, pensando claramente y con interés. Recuerda la claridad y el interés; esos son los dos polos.