Tras más de dos siglos de combates entre diversos reinos, China se unificó bajo el poder de la dinastía Qin en el 221 a. C. Nacía así un país centralizado y basado en el dominio militar. Para demostrar su autoridad, el primer emperador, Qin Shihuangdi, fue enterrado junto con un impresionante ejército de terracota de más de 8.000 soldados, que no se descubrió hasta 1974.