En 1615 estrenó en el corpus toledano el auto sacramental
Los hermanos parecidos, el más conseguido de Tirso de Molina, en cuanto a expresión de un género definido. Es el drama litúrgico centrado en la alegoría cristiana más logrado de su obra de carácter religioso, más afín en el desarrollo de la acción, sin elementos pastoriles ni villanescos, ni costumbristas.