Johan Wadlow, educado en los principios de amor a la familia, respeto a la ley y fidelidad a la pareja, vio que todo ello era despiadadamente pisoteado. Sus sueños fueron arrollados por una avaricia sin fin. El amor que entregó, azotado por el látigo de la oculta lujuria de ella. Y su personalidad, simplemente, anulada por un espejismo.
Con el corazón sangrando, ¿es posible superar tanta humillación y digerir que solo has sido un títere en las codiciosas manos de la persona que amabas? Tal vez no acertó en sus decisiones... Quizás cuando quiso dar un paso al frente ya era tarde, paralizado por el temor a las consecuencias. Por todo ello, hoy es un hombre destruido que sobrevive con la esperanza puesta en un futuro más amable.
Sin embargo, un acto de total generosidad convulsionará su vida y le traerá...