Parks Jones era insufrible y Brooke Gordon ardía en deseos de pinchar el globo de su ego. Por desgracia, también era brillante... y el protagonista de una campaña publicitaria que Brooke debía dirigir. Y ahí era donde estaba el problema. Para colmo, Brooke se sentía intensamente atraída por él, aunque no pensaba reconocerlo. Parks, sin embargo, tenía otros planes y estaba dispuesto a romper algunas normas para convencerla de que para él el amor no era solo un juego. Era para siempre.