El asesinato de Maite Avinareta, Chiquita de Avinareta, que triunfó como señorita pelotari en los años sesenta, es el origen de una sangrienta trama tejida con los mimbres de la corrupción, el narcotráfico, los grupos paramilitares y los contratistas privados de seguridad, un maldito enredo que tendrá que solucinar la impacable Mila Santacruz.