La relación de Piers con Georgia era estrictamente profesional. Aquello debería haber servido para que su convivencia bajo el mismo techo hubiera sido un asunto relativamente sencillo.
Pero Piers no podía evitar que se metiera en sus pensamientos. Él no era un hombre que actuara por impulso y había conseguido resistirse a ella... hasta ese momento. Pero entonces, una noche...