Se suponía que Renata Rose debía ayudar a las parejas a solucionar sus problemas conyugales, pero le resultaba muy difícil desde que había dejado de creer en el amor, y eso amenazaba con arruinar el programa de televisión que conducía. Para colmo de males, Hawk Hunter, el guapísimo co-presentador que tenía que intentar salvar el programa, no hacía más que complicar las cosas. Renata sabía que tenía que decirle que no estaba de acuerdo con sus ideas... pero antes tenía que conseguir no enamorarse de él.