Ketty Iwahinosky es una joven de veinte años que vive una situación muy complicada: es huérfana y debe hacerse cargo de sus dos hermanos pequeños y de la empresa familiar, unos importantes astilleros. El testamento que dejó su padre le impide casarse antes de los veinticinco años y su madrastra vigila todos sus movimientos. Cuando conoce a Roberto, un ingeniero completamente desengañado del amor que no quiere ni oír hablar de las mujeres, una oleada de sentimientos se apodera de ella.