Este libro es una red tendida en busca de complicidades. Los poetas suelen buscar el rasgo único, excepcional, que sostenga su discurso. Fabio Morábito viene demostrando lo contrario en cada uno de sus títulos: la naturalidad es lo que irradia, y la escritura es la constatación de esa luz cálida. Y sucede el milagro: un poema se incrusta y brilla en el tedio horizontal de nuestros días.