El principio de la sabiduría
Om bogen
Laura Tweedle Rambotham tiene doce años y es de una familia venida a menos. Su madre se gana la vida bordando pero está decidida a que tenga una buena educación, lo que para ella se resume en el siguiente principio: «Prefiero que seas buena y útil antes que inteligente». La envía, pues, a un prestigioso internado de Melbourne… donde lo primero que aprende la chica es que debe ocultar su origen y el modesto oficio de su madre.
Para H. G. Wells, El principio de la sabiduría (1910) era la mejor school story que había leído y sigue siendo, sin duda, una novela de formación rica, con pocas concesiones, sardónica y sorprendentemente moderna, salpicada con citas de Nietzsche y un profundo conocimiento de los maestros de la novela europea. Henry Handel Richardson se basó en su propia experiencia en el Presbyterian Ladies College de Melbourne para escribirla. La necesidad de adaptación –esto es, la necesidad de mentir–, el despertar sexual y las complejidades de un ambiente sumamente hostil se enfrentan en la intempestiva educación de su memorable heroína, que en cierto momento se sorprende a sí misma rezando para no tener «pensamientos distintos de los de las demás».