Ese imbécil no soy yo
Om bogen
Redacté este libro a partir de algunas entradas de mi blog. Ignoro cómo comenzó el movimiento bloguero; algún día estudiaré sus orígenes. Por lo pronto, me contento con una confesión pública: por qué tengo un blog:
1. Porque soy viejo y si no me subo al carro de la tecnología me quedaré atrás, cuidando cadáveres.
2. Porque soy vanidoso.
3. Porque me gusta escribir y creo que esto me obliga a ejercitar los dedos a diario.
4. Porque el blog me permite publicar tonterías y suprimirlas al siguiente día.
5. Porque, aunque llevo un diario donde me desahogo, hay asuntillos que pretendo ventilar (padezco una especie de exhibicionismo literario).
6. Porque espero sacar algún provecho económico del blog (¿alguien me quiere invitar a colaborar en su revista?).
7. Porque creo que existe Dios y, por lo tanto, hasta los cabellos de nuestra cabeza están contados… Esto significa que si escribo un blog es porque cuento con la voluntad permisiva de Dios. De lo contrario, llovería fuego y azufre sobre mi cabeza.