La trama de esta novela corta se desarrolla en las afueras rurales de la ciudad de Alajuela de principios de siglo XX, relata la historia de un niño y su entrañable relación con su madrina, una tía pobre, en apariencia severa, pero en el fondo maternal y tierna. Al final, pese a sufrimientos y congojas, flaquezas y contradicciones, carencias e ingenio, se impone la generosidad y nobleza del ser humano, que es el tono profundo que da sentido y valor a la vida.
En
Mi madrina destaca un estilo llano y sabroso en el que el habla popular adquiere admirables relieves de autenticidad, gracia y picardía.