Pack Deseo octubre 2015
Om bogen
Rendirse al deseo
Anne Oliver
Una fiesta para dos
Breanna Black había convertido las fiestas en un arte. Eran lo único que podía disipar las sombras de su pasado, y no estaba interesada en nada que le estropeara la diversión. Empezando por su irritante y pecaminosamente sexy nuevo vecino, Leo Hamilton. Pero Brie no era de las que se acobardaba con facilidad, y se atrevió a invitarlo a una de sus fiestas.
Leo tenía sus propios motivos para aceptar la invitación de Brie: esperaba que la reunión terminara en fiesta para dos. Y no tenía intención de marcharse de su casa hasta la mañana siguiente.
Parte de mí
Cat Schield
¿Acabaría siendo su esposa?
El millonario Blake Ford disponía de tan solo un verano para conseguir lo que se proponía. Había elegido a Bella McAndrews, una hermosa mujer criada en el campo, como madre de alquiler para su hijo, y unos meses después la convenció para que trabajase para él como niñera. Así solo era cuestión de tiempo alcanzar su verdadero deseo: hacerla su mujer.
Blake sabía que su hijo merecía el amor de una madre y estaba decidido a conseguir también para él el amor de Bella… hasta que un oscuro secreto del pasado quedó desvelado, poniéndolo todo patas arriba.
Lazos del pasado
Olivia Gates
Los secretos les separaron. ¿Podría reunirles de nuevo su propio hijo?
Richard Graves llevaba mucho tiempo batallando con un pasado oscuro, y solo una mujer había estado a punto de hacer añicos esa fachada. Aunque hubiera seducido a Isabella Sandoval para vengarse del hombre que había destruido a su familia, alejarse de ella había sido lo más difícil que había hecho en toda su vida. Pero no tardó en enterarse de la verdad acerca de su hijo, y esa vez no se separaría de ella.
La venganza de Richard había estado a punto de costarle la vida a Isabella. ¿Sería capaz de protegerse a sí misma de ese deseo contra el que ya no podía luchar?
La pasión no se olvida
Jules Bennett
¿Estaría el príncipe dispuesto a olvidar las reglas?
El príncipe Lucas Silva deseaba desesperadamente olvidar la ruptura de su compromiso, hasta que un accidente hizo que olvidara la identidad de su prometida. Ahora pensaba que su fiel asistente, Kate Barton, era su futura esposa. Y ella tenía órdenes de mantener la farsa.
Interpretar el papel de su amada no suponía ningún esfuerzo para Kate, que llevaba años enamorada de su jefe. Pero las normas de palacio prohibían que los miembros de la realeza intimaran con los empleados, así que Kate sabía que su felicidad no podía durar.