Un arpegio de lluvia en el cristal
Om bogen
A finales de junio de 2020, pocos días después del confinamiento, cuando la vida comienza a regresar a la ciudad, aparecen dos cadáveres en la calle la Naval. Elías Almeida y Ángel Estupiñán han sido asesinados en la buhardilla que comparten desde hace cinco años. Como suele suceder en estos casos, nadie acierta con una explicación. Son dos hombres queridos y respetados. La madre de Almeida, ante la opacidad de la policía, acude a «un detective algo estrambótico al que se le dan bien los enigmas».
Así comienza la decimocuarta entrega de la serie de novelas que tienen como protagonista a Ricardo Blanco, el alter ego de José Luis Correa. Una historia de ambigüedades y silencios, un asesino que llena la escena de pistas contradictorias y un móvil confuso que a veces se vence hacia la pura homofobia y a veces hacia la cruda venganza. Perdedores, antihéroes, personajes variopintos a quienes hostigan los errores del pasado se encuentran, como en un escenario, en un tiempo en el que los relojes parecen haberse detenido. Las noticias funestas de la pandemia lo ensombrecen todo y la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, como todas, se ha convertido en un tanatorio.
En Un arpegio de lluvia en el cristal volvemos a encontrarnos con un Ricardo Blanco reflexivo y socarrón para quien el mundo de hoy es todo un enigma. Una obra de madurez que, por encima de un crimen y una investigación, habla del miedo, la soledad y el dolor en un lenguaje, desde el propio título, tan poético como natural.