Grant O'Hara creía que la falsa ceremonia nupcial era otra celebración del Carnaval hasta que a Cheyenne Tarantino y a él se los declaró legalmente casados. Grant no estaba listo para sentar la cabeza... además, acababa de conocer a su esposa. Pero como no se podía hacer nada hasta el día siguiente, no veía razón para no celebrar la luna de miel con su tímida y hermosa mujer.
Pero Cheyenne no estaba dispuesta a complacerlo. Desde su adolescencia se había jurado reservarse para su verdadera noche de bodas. No obstante, la consideración y el irresistible encanto de Grant empezaban a provocarle dudas. Por ello, no tardó en preguntarse cómo podía convertir su unión de una noche en algo para toda la vida.