Arabella Bravo-Calabretti había llegado a Elk Creek, Montana, con un secreto que contar y un trabajo que hacer y, como buena Bravo, lo haría bien. Antes de dejar al hijo de su mejor amiga con el padre del niño pasaría la Navidad con los dos para estar segura de que el ranchero Preston McCade estaba listo para ser el papá de Ben.
¿Pero era esa la verdadera razón por la que se quedaría allí? Preston y ella pertenecían prácticamente a planetas distintos y, aun así, la atracción era innegable.