La familia y el cristianismo son las dos instituciones que han configurado nuestra civilización. Ambas han experimentado un retroceso en las últimas décadas, de consecuencias imprevisibles en nuestro mapa cultural y social.
¿Cómo se ha producido este fenómeno? La opinión más convencional defiende que primero se produjo un retroceso religioso -Dios, si existe, ya no parece ser tan necesario-, seguido de un declive de la familia. Pero la autora demuestra que el proceso ha sido el inverso. ¿Qué consecuencias tiene esto en Occidente? ¿Cabe pensar en un regreso a la creencia en el mundo que viviremos?