Alberto padece agorafobia y poco apetito sexual. Al igual que en una de sus películas favoritas, ha descubierto el placer de mirar a través de su ventana. Ante sus prismáticos, un vecindario peculiar: Furries enloquecidos, matrimonios aparentemente aburridos, un escritor erótico, vecinos dando rienda suelta a sus filias... y un misterio que, junto a su novia Natalia y a Fina, amiga y asistenta en la urbanización donde reina y desinfecta, intentará resolver. Sin embargo, en su afán por descubrir la verdad, nuestros tres protagonistas pondrán al descubierto secretos inconfesables y puede que hasta un posible crimen.