En una playa que visita por primera vez, un hombre obedece una intuición y se adueña de un tesoro que los piratas de hace siglos sepultaron en el mar. Además de flamante millonario, el personaje César es exalcohólico, escritor y un científico secreto de obscuras vocaciones que nos irá confesando conforme avance la trama. Su siguiente misión consiste en clonar a Carlos Fuentes. Es claro que no puede salirle bien: los sueños de su razón acaban produciendo monstruos dignos de la más delirante película apocalíptica y, por supuesto, del resto de la obra narrativa de César Aira: el más inventivo de los novelistas de la lengua, quizás el único que sin ceder en inteligencia, se atreve a imaginar con esta soltura.