Puede que este breve libro sea apenas un resto, una ruina, lo que queda de una miríada de civilizaciones. Un puñado de textos muy breves, donde en un gesto crucial queda
esbozada una cultura. Una colección de ilustraciones que producen la imagen alegórica de todo un pueblo. Puede que este breve libro sea una colección de futuros, un lugar donde algunos ejemplos sirven como conjuros que, además de convocar con la precisión de muy pocas palabras, sugieren variaciones, series. Se quedan en la memoria y sugieren también lo que no dicen. Alberto Chimal es el mejor lector en los últimos años de Calvino y de Borges porque en vez de admirarlos desde la cita, se aboca a volver a imaginar. En un medio sobresaturado de fi delidades a la prensa, este libro reaparece y refresca un panorama editorial unánime. Hay que celebrarlo. Hoy Gente del Mundo es más importante que nunca.